Una investigación interna sobre el desalojo de manifestantes por la justicia racial en Washington, DC no se vio influenciada por los planes del ex presidente Donald Trump de ser fotografiado afuera de una iglesia mientras sostenía una Biblia.

El informe, publicado el miércoles por el Inspector General del Ministerio del Interior, concluyó que los manifestantes fueron evacuados el 1 de junio por la Policía de Parques de Estados Unidos (USPP) para que un contratista comenzara a instalar nuevas cercas.

Trump había sido ampliamente criticado por evacuar violentamente a los manifestantes con bolitas de pimienta y relámpagos 30 minutos antes de que se tomara la foto frente a la iglesia de San Juan, cerca de la Casa Blanca.

El ex presidente Donald Trump sostiene una Biblia en la mano mientras visita la Iglesia de San Juan en el parque Lafayette desde la Casa Blanca en Washington, DC el 1 de junio de 2020. [File: Patrick Semansky/AP Photo]Los manifestantes salieron a las calles unos días antes, el 25 de mayo, para protestar por la muerte de George Floyd bajo custodia policial en Minneapolis.

El ex oficial de policía de Minneapolis Derek Chauvin, que es blanco, fue declarado culpable del asesinato de Floyd en abril.

El inspector general Mark Lee Greenblatt dijo en un comunicado que la USPP ya tenía planes para evacuar el área y «comenzó a implementar el plan operativo varias horas antes de que supieran de una posible visita presidencial al parque».

Trump, quien murió después del levantamiento del 6 de marzo.

«Como hemos estado diciendo todo el tiempo, y esto se ha confirmado en el informe muy detallado y escrito de forma profesional de hoy, nuestra excelente policía del parque tomó la decisión de desalojar el parque para que un contratista pueda instalar de manera segura una cerca de protección de cal para protegerse de Antifa alborotadores y BLM radical para proteger a los manifestantes y otros manifestantes violentos que están causando caos y muerte en nuestras ciudades «, dijo Trump.

«¡Gracias de nuevo al Inspector General!»

Sin embargo, parece que los funcionarios de la administración Trump han intentado convencer a las autoridades de que abandonen el área. El informe documenta que el fiscal general de Trump, William Barr, alentó a los comandantes a evacuar a los manifestantes por Trump poco antes del avance, pero fue despedido.

El informe incluye la declaración de un comandante de operaciones de la USPP no identificado: “El fiscal general le preguntó: ‘¿Están estas personas todavía aquí cuando POTUS [President of the United States] ¿sale?’ El comandante de operaciones de la USPP nos dijo que no sabía hasta entonces que el presidente venía de la Casa Blanca a Lafayette Park «.

El entonces presidente Donald Trump pasa junto a la policía en Lafayette Park después de visitar la iglesia de St. John en Washington, DC después de que los manifestantes por la justicia racial fueran desalojados por la fuerza. [File: Patrick Semansky)The testimony continued: “He said he replied to the Attorney General, ‘Are you freaking kidding me?’ and then hung his head and walked away. The Attorney General then left Lafayette Park.”

The report determined that the decision to clear the protesters was justified, but that law enforcement agencies on the scene failed to effectively communicate with each other and failed to communicate warnings to the protesters about the impending crackdown.

Several different law enforcement agencies moved ahead of schedule and started engaging with protesters before the protesters had been sufficiently warned.

The report details how on June 1, a contingent from the Bureau of Prisons arrived at the scene late, did not receive a full briefing and used pepper pellets on protesters “contrary to the USPP incident commander’s instructions”.

The conclusions, which deny any political influence on decisions and cite fog-of-war confusion for any missteps, are likely to be dismissed as insufficient by critics of last summer’s crackdown.

The new report focuses on the decision-making of the USPP, which falls under the Interior Department, and its complicated interactions with various law enforcement entities, including the Secret Service and the Metropolitan Police Department.

It points out that “the USPP and the Secret Service did not use a shared radio channel to communicate” and determines that “weaknesses in communication and coordination may have contributed to confusion during the operation”.

Lafayette Park was the DC nexus of last year’s national wave of racial justice protests that were sometimes violent.

Trump and his administration cracked down on the protests across the US, including a series of “kidnappings” of demonstrators by federal authorities in Portland, Oregon.

Much of the criticism of the clearing, and the accusations of political influence, stem from the decision to move in before the 7pm curfew that Mayor Muriel Bowser had set. The push surprised protesters and was criticised as unnecessarily confrontational after two nights of clashes and property damage.

The report concludes that the USPP commanders viewed the curfew as irrelevant. It cites an incident commander as saying, “We were not enforcing the Mayor’s curfew. We’re a Federal entity. We don’t work directly for the Mayor.”

It continues that commanders on the scene ”did not believe protesters would comply with the Mayor’s June 1 curfew order or that waiting would necessarily reduce unrest”.

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